Se conoce como potabilización, por lo tanto, al proceso que permite que el agua pueda ser bebida por el ser humano sin que se presente un riesgo para su salud. Existe una gran cantidad de técnicas para el desarrollo de la potabilización: el uso de rayos ultravioletas, la incorporación de cloro, la desalinización del agua oceánica, etc.
El tipo de potabilización elegido suele depender de las condiciones naturales del territorio. Lo habitual es que se instalen estaciones de tratamiento cerca de la fuente de agua, en las que se lleva a cabo el tratamiento.
En líneas generales, podemos decir que la potabilización se sustenta en la existencia de estos elementos:
- Toma del río, que es el lugar en el que se capta el agua que se va a potabilizar. Por regla general, se coloca un dispositivo llamado reja, que se encarga de evitar que se filtren tanto peces como ramas de árboles.
- Desarenador. La función que tiene este objeto es la de conseguir que la arena del río se quede sedimentada y así no pueda llegar a las bombas de la potabilizadora. ¿Por qué? Porque podría dañarlas y hacer que no desempeñaran su labor correctamente.
- Bombas de baja presión, que son las que cogen el agua directamente del río y que la transportan hasta lo que se conoce como cámara de mezcla.
- Cámara de mezcla, que es el lugar donde el agua empieza a mezclarse con componentes que van a hacerla potable. Entre estos se encuentran desde los alcalinizantes hasta los coagulantes.
- Decantador. Este dispositivo tiene como misión que a la llegada del agua, lo que son sedimentos nocivos e impurezas se queden alojados en el fondo.
- Filtro, para “colar” el agua.
- Cloro, para certificar por completo que el agua está lista para el consumo después de haber estado en la mencionada cámara, se le añade cloro para acabar así con cualquier tipo de bacterias que pudiera tener.
Asimismo no hay que olvidarse de la bomba de alta presión o el tanque de reserva.
La potabilización consiste en eliminar del agua sustancias como el zinc, el cromo y el plomo, que resultan tóxicas para las personas. También se deben matar los virus y las bacterias que pueden estar presentes en el agua.
Para confirmar que la potabilización ha sido exitosa (y que el agua, por lo tanto, ya es potable), existen diversos análisis científicos que pueden realizarse. A rasgos generales, puede decirse que el agua potable no debe tener sabor, color ni olor. El agua potable, por lo tanto, es insípida, incolora e inodora.
Cabe destacar que la potabilización es indispensable para la salud pública. Muchas enfermedades surgen por el consumo de agua contaminada, que provoca diversos trastornos en la salud.
A veces, suelen confundirse dos términos: potabilización y depuración. Pero no tienen nada que ver, ya que el último proceso en lo que consiste realmente es en tratar las aguas residuales de pueblos y ciudades, con el claro objetivo de reutilizarlas o bien de que no contaminen mares o ríos.